1.490.- En las obras de construcción de la Iglesia de la Señora Merced de Baza, un albañil, Juan Pedernal, accitano de nacimiento y condición, picando en la demolición de un muro, oyó sorprendido una voz le decía "¡TEN PIEDAD!". Había encontrado una talla de una Virgen, la cual recibiría desde entonces el nombre de Nuestra Señora de la Piedad, en alusión a la expresión.
Tal revuelo monto este mozuelo, intentándose llevar la estatuilla a Guadix que los jueces de la época dictaron:
“Si un enviado de Guadix, logra entrar en Baza y llegar a la iglesia de la Merced sin ser manchado, podrá recuperar a la Virgen para Guadix”
Desde entonces , un grupo de accitanos acompaña y despide a la comitiva del Cascamorras que emprenden camino hacia Baza, al día siguiente, en las arrodeas (antigua entrada de Baza), un gran numero de personas con ganas de pasarlo bien y mucho aceite negro, dan comienzo a sus fiestas locales correteando y pintando por toda la ciudad al Cascamorras que se defiende de las alzadas y los abrazos cargados de mugre, con una humilde cachiporra, con la que nunca lastima pero si advierte, y por supuesto, divierte. Gracias al empeño de los Bastetanos, “El Cascamorras” nunca ha conseguido su objetivo, y por eso esta fiesta tiene mas de 500 años, y muchos mas que le auguramos.
Que pena que cuando regresa a Guadix abatido y desolado Accitanos lo esperan con tantas ganas de fiesta o mas que los Bastetanos, y con mucho azulillo, almagra, ocres y verdes que convierten esta popular represalia, “por no traer la virgen”, en un estallido de color y de amistad.
Tal revuelo monto este mozuelo, intentándose llevar la estatuilla a Guadix que los jueces de la época dictaron:
“Si un enviado de Guadix, logra entrar en Baza y llegar a la iglesia de la Merced sin ser manchado, podrá recuperar a la Virgen para Guadix”
Desde entonces , un grupo de accitanos acompaña y despide a la comitiva del Cascamorras que emprenden camino hacia Baza, al día siguiente, en las arrodeas (antigua entrada de Baza), un gran numero de personas con ganas de pasarlo bien y mucho aceite negro, dan comienzo a sus fiestas locales correteando y pintando por toda la ciudad al Cascamorras que se defiende de las alzadas y los abrazos cargados de mugre, con una humilde cachiporra, con la que nunca lastima pero si advierte, y por supuesto, divierte. Gracias al empeño de los Bastetanos, “El Cascamorras” nunca ha conseguido su objetivo, y por eso esta fiesta tiene mas de 500 años, y muchos mas que le auguramos.
Que pena que cuando regresa a Guadix abatido y desolado Accitanos lo esperan con tantas ganas de fiesta o mas que los Bastetanos, y con mucho azulillo, almagra, ocres y verdes que convierten esta popular represalia, “por no traer la virgen”, en un estallido de color y de amistad.
